El Desierto blanco de Nuevo México, en EEUU

Este paisaje tan singular se encuentra cerca de Alamogordo, al sur de Nuevo México (Estados Unidos), y su carta de bienvenida es que se trata del desierto de yeso más grande del mundo. Su nombre original es ‘White Sands‘ y a diferencia de la mayoría de los desiertos, su arena es de color blanco.

El origen de este desierto se remonta a unos cien millones de años, período en el cual estaba cubierto por un mar poco profundo, en la zona de la Cuenca de Tularosa. Sus aguas retrocedieron gradualmente,  poblando la zona de lagunas de agua salada que terminaron por evaporarse debido a la acción del sol. La acción del viento durante miles de años terminó por configurar las espectaculares dunas onduladas del White Sands.

La particularidad del desierto de Nuevo México se explica por los materiales que componen su arena, el yeso cristalizado en su mayoría, que erosionado por el viento hace que la arena adquiera ese tono tan característico. Curiosamente el tacto del suelo es frío, debido a la alta tasa de evaporación de humedad de su superficie.

El extremo suelo del White Sands apenas consiente la vida de algunas plantas y animales, como la Yucca elata, el ratón de bolsas de las llanuras, la lagartija sorda menor o arañas lobo. Curiosamente, algunas de las especies endémicas de esta zona han llegado a experimentar cambios en su pigmentación para adaptarse al ecosistema.

El área protegida de dunas de arena blanca cuenta con un centro de visitantes en la entrada. Cuatro senderos señalizados permiten explorar las dunas del parque caminando, e incluso, hacerlo descalzos con tranquilidad, ya que el yeso, no convierte con facilidad la energía solar en calor. Los más chicos (y grandes) pueden disfrutar en el parque de deslizamientos por las dunas en trineo.